A los 23 años, desembarca en el Bafici con su primer largometraje "Vidrios", co-dirigida por Federico Luis Tachella. A pesar de creer que la industria necesita un crecimiento, se muestra optimista en cuanto a tener un futuro en el cine argentino y está convencido de que hay lugar para todos los actores y directores.
Junto a Federico Tachella,
co-director de la película, y Fernando Segal, el guionista, teníamos ganas de filmar.
Habíamos hecho algunas cosas, pero ahora queríamos hacer algo más grande. Nos
empezamos a juntar para pensar la idea y surgió. Fer escribió el guión,
seguimos profundizando hasta que empezamos a filmar. Una vez que arrancamos no
paramos. Desde que empezamos el proyecto pensamos en BAFICI, por su prestigio y
porque es un festival internacional en nuestra ciudad. Cuando estábamos
terminando la película la presentamos. Y al mes nos llegó la invitación del
festival para avisarnos que quedamos seleccionados.
Siendo tan chico, ¿cómo viviste la experiencia de estar en uno de los festivales de cine más importantes del país?
Es una experiencia
muy grande. En el equipo estamos todos muy contentos. Pero por eso trabajamos
durante tanto tiempo, porque siempre quisimos llegar a BAFICI. Era nuestra meta
y la cumplimos. Son muchas las emociones, pero más que nada es una experiencia
única, que nos sirve para aprender sobre la profesión, sobre las presiones, las
ansiedades. Ahora que lo logramos queremos seguir estando presentes.
¿Qué expectativas tienen con Vidrios de ahora en adelante?
Tenemos muchas
expectativas, nos quedamos con ganas de seguir proyectando. Y ya nos estamos
moviendo para que esto siga. No queremos que Vidrios quede en la nada. Queremos
que muchas más personas tengan la oportunidad de verla, que se conozca tanto en
nuestro país como en el extranjero. Que la crítica opine, que tenga llegada a
la prensa cinematográfica. Tenemos muchas ganas de saber lo que piensa la gente
sobre Vidrios. Durante BAFICI hubo muchos comentarios, pero ahora obviamente
queremos seguir proyectándola. Y para eso está buenísimo seguir en otros
festivales.
La respuesta más
fácil sería la plata, pero creo que es algo más general. Como con todas las
profesiones, la principal dificultad es la inseguridad. Si uno está seguro de
lo que quiere, los obstáculos desaparecen. Creo que el miedo al fracaso, el
hecho de que el arte sea un camino tan difícil de transitar, es algo que a
todos nos asusta un poco. Pasa en el arte y en otras carreras. Por eso creo que
hay que pelear por lo que uno quiere y por lo que uno es. Nuestro país ya de
por sí tiene muchas dificultades, hay que dar lo mejor de uno en cada momento.
¿Creés que sólo hay lugar para actores y directores
consagrados? ¿Qué opinas de la industria nacional?
No, hay lugar para
todos. Es cierto que hay una diferencia, lo mediático saca ventaja. Pero yo veo
en el cine independiente una lucha constante y eso me entusiasma. Es claro que
actores y directores consagrados pueden vivir tranquilos, lo mismo ocurre con
la televisión, que es un medio muy distinto al cine. Pero conozco actores y
directores consagrados consigo mismos, y muy respetados por la gente. Todos forman
parte del cine independiente y del teatro. Viven de esto, y se apasionan por lo
que hacen. Eso me entusiasma y me sirve como ejemplo. Porque como te decía
antes, pienso que todo depende de uno. No hay justicias e injusticias, se trata
de esforzarse por una idea. Y así ir encontrando un lugar. La industria debe
seguir creciendo y todos debemos aportar para eso.
¿Qué rol juega el apoyo del Estado en el desarrollo de la industria?
Creo que todo apoyo
es muy válido. Siempre sería ideal que ese apoyo crezca, pero hay que entender
que hay otros asuntos por atender. Es una pregunta muy complicada, porque desde
mi lugar me encantaría que el apoyo sea mayor. Es fácil decirlo, pero entran
muchas cuestiones políticas y sociales en juego. No creo que haya una política
que cambiar. Quizás, como con todo, ese apoyo debería ser administrado de mejor
forma. Una cuestión de administración. De todas maneras, creo que pasa por mantener
un crecimiento entre todos los realizadores. Cada vez hay más organizaciones y
asociaciones de cine independiente, y eso es muy interesante. Antes no pasaba,
últimamente hay un crecimiento paralelo a la industria que es una puerta muy
grande para los jóvenes como yo.
¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿Creés que es posible vivir de esta industria?
Me encantaría poder
vivir del cine y del arte audiovisual. Creo que es posible, o al menos voy a
esforzarme por eso. Sé que es un camino largo, pero hay que intentarlo. Se
puede vivir de esto si uno aprende todos los días. Todavía soy muy chico para
determinar algunas cosas. Tengo que esforzarme, y con el equipo que hicimos
Vidrios estamos con muchas ganas de seguir trabajando. Eso ya es un punto a
favor, y que es ajeno a la industria. En las relaciones humanas nos vamos
contentos porque siempre nos manejamos con respeto. Por eso creo que si es
posible vivir del cine es porque estamos aprendiendo a trabajar en equipo y conociendo
gente nueva que confía en nosotros.
Trailer de VIDRIOS (2013)
SINOPSIS
Hacen falta dos personas –al menos– para poner en escena un conflicto.
Es verdad que con una sola podría ser suficiente, pero esos son los
problemas de los que se ocupa el psicoanálisis y no el cine, que por
fortuna es algo bien diferente. El tridente de directores + guionista de
Vidrios apuesta a una exploración integral de la micropolítica de los
conflictos, a través de una serie de viñetas de apariencia perfectamente
pulida pero de sutil aspereza en las que grupos reducidos de personas
(parejas y tríos) tensionan una situación hasta hacerla estallar o al
menos astillarse. Siempre es un misterio el modo en que un vidrio va a
romperse y ese es el enigma que, fragmento a fragmento, va sosteniendo
la película, gracias a una notable serie de actuaciones en la que
sobresalen los episodios protagonizados por María Canale y Paula
Grinszpan, Ailín Salas y Alberto Rojas Apel, y el espléndido cierre de
Walter Jakob y Julián Tello. Marcelo Panozzo
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